También yo respeto tu punto de vista, y lo comparto en gran parte, en el sentido de que no deseo que haya ninguna guerra y todas me parecen un fracaso y una tragedia. Lamento ser tan poco optimista con respecto al género humano en este sentido, pero aunque no tuviéramos armas, seguiría habiendo guerras; palos y piedras siempre habrá. La historia -y prehistoria- nos lo ha demostrado.
Lo único que mantengo es que no es realista pensar que pueda suprimirse el presupuesto de defensa de un país, pues si queda indefenso siempre habrá alguien dispuesto a atacarlo, invadirlo o lo que sea. En el caso concreto de España hemos podido comprobar, por ejemplo, como algunos dicen, y cito textualmente “Estamos en Tierra Santa, la tierra del Islam, y le digo a todo el mundo y aviso también: Estamos viviendo bajo la bandera islámica y vamos a morir por ella hasta que los abrimos todas las tierras presas desde Yakarta hasta Andalucía. Y os digo: España es tierra de nuestros abuelos y nos vamos a abrirla con el poder de Alá”.